Jaime Carrera
Puebla, Pue.- Cada uno de sus espacios es generador de una atmosfera propia. La banca para tomar el sol, el pasillo que une o separa de por vida a dos enamorados y la pérgola que le da su nombre más conocido. También están sus faros y la gente que cruza y va de un lado a otro.
Una pérgola es un elemento arquitectónico longevo cuyo origen data incluso hasta antes de la Edad Media, está conformado por un corredor de columnas verticales que soportan vigas longitudinales y en la capital de Puebla suele cobijar a los adoradores del amor.
Los vecinos reconocen que tuvieron suerte, siempre lo han sabido. Fueron afortunados porque allí dieron su primer beso, jugaron, rieron y se cayeron. Desde alguna ventana, en una de esas peculiares casas, sus madres les gritaban para ir a comer un perfecto mole poblano.
Por momentos los árboles pasan desapercibidos, pero entre su añejo follaje se almacenan ruidos, sonidos desconocidos, algo invisible y a la vez tan palpable para quien disfrutó de su niñez y juventud en el famoso parque de La Pérgola, el de Los Enamorados, el de ahora, el de siempre.
Una pérgola es un elemento arquitectónico y estructural, conformado por un corredor flanqueado por columnas verticales (denominadas pilares) que soportan vigas longitudinales (durmientes) que unen las columnas de cada lado, y otras transversales apoyadas en las anteriores (cabios) a una altura igual o superior uniendo ambos lados y que conforman un enrejado abierto, donde usualmente se desarrollan plantas trepadoras
Caminar sobre la 6 Norte en el fraccionamiento San Francisco que rodea al parque es atravesar un umbral al pasado. Los vecinos han aprendido cómo las experiencias dejan un peculiar aroma en las ramas, placas y esculturas, pero no cualquier olor, sino de esos que se impregnan súbitamente.
En los alrededores de la pérgola cercada por los barrios de San José, San José y Xanenetla, ha ocurrido de todo: existe un amasijo de hechos; amorfo, pero cautivador: fútbol, farándula y mucho amor del desmedido que empaña los cristales de los vehículos.
En la rotonda, como también era conocido el parque de La Pérgola, se ve de todo, por ejemplo, una curiosa opulencia que permea a su alrededor: viviendas estilo californiano que van de lo clásico a lo ecléctico, con amplios interiores y fachadas con tejas.
La cantidad de nombres que ha recibido el parque culminaron en Manuel Espinosa Yglesias, Fundación Amparo –organización que invirtió cuantiosos recursos para su rehabilitación en 2013– y más recientemente Emiliano Zapata Salazar, por decisión del Cabildo.
De la última intervención se mantiene al centro la escultura de la Campana María, esculpida por el artista poblano Miguel López Artasánchez, la cual evidencia que el lugar forma parte de la zona fundacional, aquella delimitada por el río San Francisco hoy bulevar 5 de Mayo.
Entre sus habitantes, se encuentran los jóvenes, las familias y los de antaño: los que llegaron a vivir allí hace más de 50 años. Cinco décadas de mitos, leyendas y realidades. En los 70’s, por ejemplo, el parque llegó a ser un sala de conciertos al aire libre con el rock and roll de Alex Lora.
Pero también habitaron y transitaron por esas calles y avenidas los comediantes poblanos Freddy y Germán Ortega, así como el actor Luis Felipe Tovar, según lo recuerdan vecinos apasionados de las fragmentos históricos que allí se han vivido y presenciado.
Estuvo también la época de la concurrencia de fanáticos del Club Puebla en el parque. En el Fraccionamiento San Francisco se asentó la casa club del equipo en los tiempos del legendario Paul Moreno que brilló en su paso por la Angelópolis y fue campeón de Liga en 1983.
Hoy ese parque es referente de una de las colonias más longevas de la ciudad de Puebla y caminar por allí es como transportarse a otro entorno con diversas atmosferas que construyen sus vecinos, locatarios y usuarios en la bancas, los pasillos y bajo la frondosidad de sus árboles.
Cada uno de sus espacios es generador de una atmosfera propia. La banca para leer el periódico, los juegos infantiles, las salas al aire libre, el principio o fin de un amor al subir o descender de sus escaleras, y su pérgola: esa fuerte y resistente pérgola.